Al menos un 50% de las personas que se recuperan de un episodio de depresión volverán a sufrir, como mínimo, otro episodio en algún momento posterior de su vida. Esto concluyen la mayoría de estudios realizados desde los años 80 sobre recaídas en depresión. Son unos datos muy duros
¿Por qué ocurre esto?, ¿a qué se debe esta vulnerabilidad a la depresión?
Son muchas las personas que quieren gestionar mejor su tiempo, porque viven instaladas en la prisa y andan continuamente frustradas por no conseguir hacer todo lo que desean (¡y de buscarse un hueco para ellas ya ni hablamos!)
Mindfulness no es una terapia, es una técnica. Se incluye en las denominadas Terapias Psicológicas de Tercera Generación, y permite que las personas acepten sus vivencias sin juzgarlas, lo que significa no modificar o eliminar aquellos pensamientos, emociones y sensaciones que están experimentando, sino aprender a relacionarse con ellos de una forma diferente, desde la aceptación
Pocas veces un término ha sido tan difícil de pronunciar como de atajar. Procrastinar significa diferir, aplazar. Y ¿quién no actúa así alguna vez?
“Te sientas delante del ordenador. Vas a preparar la ponencia que tienes que dar la semana que viene. No tienes el tema demasiado claro. Te pones a revisar algunas de las otras charlas que ya has dado para ver cuál te inspira más. De repente te acuerdas de un vídeo que viste una vez y que puede resultar interesante. Entras en internet para localizarlo pero te llama la atención un anuncio sobre zapatillas de montaña que estuviste buscando hace unos días. Entras en la web “un momento” a echarlas otro vistazo (vaya a ser que desde el fin de semana hasta ahora se hayan multiplicado las características de las zapatillas o en la tienda hayan decidido tirar la casa por la ventana y estén regalando pares justo de tu número). De ahí, no sabes cómo, terminas mirando la previsión del tiempo, la cartelera del cine, una revista sobre motor y una web de recetas vegetarianas. Entre medias, has ido echando un vistazo a las redes sociales y cuando miras de nuevo la hora piensas “uff, qué tarde, ya para qué, no me da tiempo de ponerme. Mejor empiezo mañana a primera hora que estoy más fresco/a”
“La ambivalencia es un estado de la mente en el que una persona tiene sentimientos conflictivos simultáneos sobre algo” (Miller y Rollnick, 1991)
Trabajar intensamente siempre ha estado bien visto. Durante años se ha asociado a una alta responsabilidad y dedicación, y se ha tomado como un deseable valor añadido
Sin embargo, en las consultas de psicología nos estamos encontrando con personas a las que su Excesiva Implicación Laboral les está ocasionando Problemas de Salud (agotamiento, crisis de ansiedad, comer de forma compulsiva, insomnio…), Conflictos Familiares (no dedicar tiempo suficiente a la pareja e hijos/as o no prestar la adecuada atención a las rutinas familiares y tiempos de ocio) e incluso Dificultades en el Trabajo (estrés por acumular tareas y no saber delegar, hostilidad, pobre gestión del tiempo…)
¿Quién no ha sentido algo de ansiedad al hablar en público o al tener que pedirle algo a un/a superior?, ¿o al querer expresar una opinión diferente a la que tiene el resto del grupo con el que está?, ¿o al ponerse a hablar con un/a desconocido/a muy atractivo/a a quien le acaban de presentar?
Créeme cuando te digo que entiendo perfectamente lo que me cuentas acerca de tus crisis de ansiedad. He vivido en primera persona la experiencia. Y puedo asegurar que ni antes ni después de aquel episodio he sentido un miedo parecido
La enseñanza es una tarea profesional especialmente estresante. De hecho, la práctica docente se considera una de las más vulnerables a padecer problemas de salud mental (ansiedad, depresión, ataques de ira…), enfermedades físicas (dolores de cabeza, problemas gástricos, contracturas musculares…) y síntomas conductuales (absentismo, menor concentración y motivación, menor compromiso…)
La Terapia Cognitivo Conductual (TCC) ha demostrado ser el tratamiento más eficaz en diferentes Trastornos Emocionales (trastornos de ansiedad, depresión, trastornos de la alimentación…). En los últimos años, la investigación y la práctica clínica de la psicología han puesto su foco de atención en elementos que ya existían en terapia, pero a los que no se daba tanta importancia, como la aceptación, la conciencia plena, el distanciamiento cognitivo o los valores personales. De esta forma, se complementa y mejora la TCC y aparece la tercera generación de terapias psicológicas
