Gestión de Ansiedad y Estrés en Profesorado: Inteligencia Emocional y Mindfulness

La enseñanza es una tarea profesional especialmente estresante. De hecho, la práctica docente se considera una de las más vulnerables a padecer problemas de salud mental (ansiedad, depresión, ataques de ira…), enfermedades físicas (dolores de cabeza, problemas gástricos, contracturas musculares…) y síntomas conductuales (absentismo, menor concentración y motivación, menor compromiso…)

Resulta imprescindible dotar tanto a estudiantes como a profesores/as de herramientas que les ayuden a comprender y gestionar mejor sus emociones, puesto que una clase llena de estudiantes ansiosos/as influye en el estado anímico del profesorado, y éste a su vez influye en el comportamiento de los/as alumnos/as y en el ambiente de clase

Por fortuna existen diferentes habilidades que ayudan al profesorado a prevenir y afrontar las consecuencias negativas del estrés y la ansiedad en el trabajo, y que a su vez facilitan el afrontamiento eficaz de la ansiedad en el alumnado. Y cada vez son más los centros y profesionales sensibilizados e interesados en desarrollar estas habilidades

Algunos de los objetivos que se persiguen con los Programas de Formación al Profesorado en Habilidades de Inteligencia Emocional y Mindfulness son:

» Aprender diferentes técnicas de gestión del estrés y la ansiedad basadas en el afrontamiento eficaz de factores cognitivos, emocionales y comportamentales

» Conocer los conceptos de Inteligencia Emocional y Mindfulness o Atención Plena como base para trabajar las estrategias de afrontamiento del estrés y la ansiedad

» Sensibilizar al profesorado sobre su papel activo en reducir y gestionar la ansiedad de los/as estudiantes durante todo el curso y particularmente en la época de exámenes

» Tomar conciencia de las emociones propias y las de los demás, conociendo y aplicando de forma práctica la inteligencia emocional en el aula

» Ser capaces de afrontar diferentes situaciones complicadas que aparecen con frecuencia en el aula desde la atención plena

» Desarrollar la habilidad de dirigir y manejar las emociones, tantos agradables como desagradables, de forma eficaz

» Mejorar el clima del aula, aplicando de forma práctica herramientas y estrategias de la inteligencia emocional y la atención plena para prevenir y reducir los conflictos, aumentar la capacidad de concentración y atención, reducir el estrés y la ansiedad y favorecer el equilibrio emocional

Según Davis y Hayes (2011) se dan tres grandes tipos de beneficios derivados de la participación en este tipo de programas:

♦ Beneficios afectivos: reducción de la sintomatología ansiosa y depresiva

♦ Beneficios intrapersonales: mejoran factores relacionados con el bienestar y la calidad de vida, como el aumento de la capacidad atencional

♦ Beneficios interpersonales: son los que aportan un mayor nivel de satisfacción en la relación personal, así como una mejora en las habilidades de gestión y regulación emocional

(La imagen corresponde a la intervención realizada con el profesorado de bachillerato del IES Bellavista de Sevilla)

Pistas

• Los programas dirigidos al profesorado también inciden en el alumnado, promoviendo un mayor sentido de pertenencia, motivación para aprender y menores problemas de disciplina (Roeser, Skinner, Beers y Jennings, 2012)

• La inteligencia emocional permite afrontar mejor el estrés y al agotamiento, facilitando el manejo de situaciones complejas en el aula, y ayudando a conocer y gestionar mejor las reacciones de uno/a mismo/a y de los demás

• Aunque Mindfulness o atención plena se ha utilizado con éxito sobre todo en el ámbito clínico, existe actualmente sobrada evidencia de su aplicabilidad al ámbito educativo y empresarial. En este sentido resulta imprescindible que los/as profesores/as que lo vayan a incorporar al aula tengan un entrenamiento previo en la técnica así como unas competencias y actitudes que hagan que su aplicación sea realmente eficaz

• La práctica de Mindfulness contribuye a “mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje, favoreciendo que docentes y estudiantes optimicen sus capacidades cognitivas, y en particular la atención, que se hagan más conscientes de sí mismos, de su entorno y de las personas con las que interactúan, y que aprendan a relacionarse de un modo más responsable y sereno” (Soriano, 2008)

• Introducir la inteligencia emocional y mindfulness en el aula también revierte en beneficios en el proceso de enseñanza-aprendizaje y en unos mejores resultados académicos

Idea clave

La mejora en el conocimiento y gestión emocional del profesorado le capacita para afrontar mejor los retos de su día a día, aportándole bienestar personal y profesional, y repercute a su vez en el alumnado, incidiendo de modo positivo en el aula

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