Al menos un 50% de las personas que se recuperan de un episodio de depresión volverán a sufrir, como mínimo, otro episodio en algún momento posterior de su vida. Esto concluyen la mayoría de estudios realizados desde los años 80 sobre recaídas en depresión. Son unos datos muy duros
¿Por qué ocurre esto?, ¿a qué se debe esta vulnerabilidad a la depresión?
Durante años, el modelo cognitivo en psicología lo ha explicado haciendo referencia a una forma de ver el mundo negativa y distorsionada, que se adquiere en la infancia y se mantiene durante la etapa adulta, y que sería la responsable de desencadenar sentimientos de tristeza desproporcionados ante acontecimientos negativos vitales
Actualmente, la investigación en psicología clínica sugiere una forma diferente de entender la vulnerabilidad a las recaídas en personas que han sufrido episodios depresivos con anterioridad. Cuando estas personas se encuentran ante un suceso negativo en su vida, el Estado de Ánimo Triste Desencadena Pautas de Pensamientos que las hacen Centrarse en aquellos Aspectos Negativos de su vida, rechazando o minimizando los positivos
John D. Teasdale (profesor honorario del United Kingdom Medical Research Council’s Cognition y uno de los fundadores de la Academy of Cognitive Therapy) elaboró la hipótesis de la “activación diferencial” con la que proponía que, a diferencia de la mayoría de las personas, que son capaces de no prestar una atención desmedida a un episodio de tristeza puntual, para las personas que habían sufrido depresión, un Pequeño Descenso en su estado de ánimo podía provocar un Enorme Cambio en su forma de pensar, centrando la atención en sí mismas y originando descalificaciones globales negativas sobre ellas y sobre su vida (“soy inútil”, “no valgo para nada”, “todo lo hago mal”…)
Todo esto viene a decir que, en personas que han pasado un episodio depresivo, si en un momento de su vida sienten un aumento en su nivel de tristeza, ese incremento les puede “reactivar” las mismas pautas de pensamiento disfuncionales que tenían cuando estaban sufriendo depresión (especialmente la rumiación, que es la tendencia a dar vueltas y vueltas a lo que les sucede, intentando encontrar una respuesta a por qué se sienten así pensando que de esta forma lograrán resolverlo. Lo paradójico es que, mientras creen estar solucionando de esta forma su estado de ánimo depresivo, lo único que están consiguiendo es acentuarlo)
Algunas de las formas en que las terapias psicológicas de tercera generación, en concreto la Terapia Cognitiva basada en el Mindfulness para la Depresión, ayudan a recuperar la salud y prevenir recaídas son:
» Enseñando a las personas a identificar cuándo está empeorando su estado de ánimo y a detectar cualquier indicio de una posible recaída
» Dotándolas de estrategias para eliminar la rumiación
» Explicándoles cómo dejar de luchar con sus pensamientos, y a relacionarse con ellos y con sus sentimientos y sensaciones corporales de una forma diferente
» Aumentar su conciencia en la experiencia presente, aprendiendo a hacer un uso deliberado de la atención
» Incrementando su capacidad de tolerar estados emocionales incómodos y desagradables
» Ayudándoles a darse cuenta de las cosas positivas que suceden en su vida
Pistas
- Superar un episodio de depresión conlleva un gran reto posterior: mantener los logros obtenidos durante el tratamiento
- Es importante para los y las pacientes aprender a enfrentarse a las emociones difíciles, a perder el miedo a que aparezcan y a observarlas cuando esto sucede, sin quedarse atrapados/as en ellas
Idea clave
Lo que diferencia fundamentalmente a una persona que ha sufrido depresión de otra que nunca ha pasado por un episodio depresivo, es la forma en la que afrontan los estados de ánimo tristes. Y aquí es donde la psicoterapia interviene, proporcionando a las personas nuevas habilidades y métodos alternativos de enfrentarse a sus estados de ánimo negativos
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