Terapias de Tercera Generación

La Terapia Cognitivo Conductual (TCC) ha demostrado ser el tratamiento más eficaz en diferentes Trastornos Emocionales (trastornos de ansiedad, depresión, trastornos de la alimentación…). En los últimos años, la investigación y la práctica clínica de la psicología han puesto su foco de atención en elementos que ya existían en terapia, pero a los que no se daba tanta importancia, como la aceptación, la conciencia plena, el distanciamiento cognitivo o los valores personales. De esta forma, se complementa y mejora la TCC y aparece la tercera generación de terapias psicológicas

La PRIMERA GENERACIÓN DE TERAPIAS PSICOLÓGICAS nació a principios del siglo XX con el propósito de superar las limitaciones de los modelos que se estaban utilizando hasta ese momento, sobre todo el psicoanalítico. Basándose en los principios del condicionamiento y el aprendizaje, priorizaban que la teoría y la práctica psicológica se basaran en los principios del comportamiento humano que estuvieran científicamente demostrados, trabajando directamente con la conducta observable

Estas terapias no consiguieron dar respuesta a determinados problemas psicológicos, y para compensar sus déficits surgió en la década de los 60 un nuevo grupo de terapias: las TERAPIAS PSICOLÓGICAS DE SEGUNDA GENERACIÓN, que enfatizaron la importancia de los eventos cognitivos y consideraban el pensamiento como causa principal de la conducta. Estas terapias convirtieron los eventos privados de la persona (pensamientos, recuerdos, creencias, emociones, sensaciones corporales) en su principal objetivo de intervención, y han resultado muy efectivas en el tratamiento de múltiples problemas psicológicos

Como evolución del segundo grupo de terapias aparecen las TERAPIAS DE TERCERA GENERACIÓN que las amplían y actualizan, tratando de superar algunas limitaciones de las anteriores, como el hecho de que en determinadas situaciones tratar de eliminar o modificar los eventos privados de una persona buscando que de esta forma cambie su conducta no resulta tan eficaz como trabajar sobre la relación que la persona construye sobre sus propios pensamientos, emociones y sensaciones físicas

Forman parte de estar tercera generación de terapias:

• Terapia de Aceptación y Compromiso (Steven C. Hayes, 1999)
  
• Terapia Dialéctica Conductual (Marsha Linehan, 1993)
  
• Terapia Cognitiva basada en el Mindfulness para el Tratamiento de la Depresión (Segal, Teasdale y Williams, 2002)
  
• Psicoterapia Analítica Funcional (Kohlenberg y Tsai, 1987)
  
• Terapia Integral de Pareja (Jacobson y Christensen, 1996)
  

Siendo las tres primeras las que más se han investigado hasta la fecha y las que de momento cuentan con los apoyos más sólidos

Estas nuevas terapias no parten de un modelo de déficit o patología en la persona sino que entienden que la persona se encuentra en unas circunstancias problemáticas, ofrecen nuevas alternativas a problemas que hasta ahora no se habían conseguido solventar, como el tema de las recaídas en los trastornos depresivos, y consiguen aumentar la percepción de cambio y la sensación de bienestar subjetivo en los/as pacientes

En estas nuevas terapias resulta fundamental enseñar a la persona a aceptar que el malestar es una parte normal de la vida y que buscar permanentemente el bienestar evitando determinadas experiencias no es ni adecuado ni sano. Al aprender a relacionarse de forma diferente con los pensamientos y sentimientos dolorosos, estos dejan de impedir que la persona consiga tener una vida que le merezca la pena vivir

Ayudan a saber cómo tomar distancia de los recuerdos, imágenes mentales, pensamientos… para no fusionarse con ellos y no dedicarles toda la atención ni tomarlos como fiel reflejo de la realidad

También hacen mucho hincapié en enseñar a las personas a tener claros, y dirigir su comportamiento a alcanzar, objetivos y metas vitales valiosas, para lograr tener una vida plena y satisfactoria

Ayudan a las personas a encontrar el equilibrio entre aceptarse a sí mismas tal y como son en el momento de acudir a consulta y lograr el cambio que les permitirá progresar. Fortaleciendo los puntos fuertes y comprendiendo los débiles, sin reprocharse ni castigarse los errores y equivocaciones

Se desarrollan habilidades de atención plena (entrenamiento en mindfulness), tolerancia al malestar (para afrontar mejor el sufrimiento y las situaciones difíciles y dolorosas) y regulación emocional (para manejar las diferentes emociones de forma apropiada)

Trabajan el momento presente, observando con conciencia, sustituyendo la tradicional forma de reaccionar de modo automático y enseñando a cuidar mejor de uno/a mismo/a, ayudando a conseguir el equilibrio y bienestar

Pistas

• Mindfulness, al igual que ocurre con la relajación, no es una terapia en sí misma, sino una herramienta dentro de la propia terapia

• Respecto al uso terapéutico de la herramienta de mindfulness, su objetivo no es la eliminación de síntomas, sino el crecimiento y la transformación personal (Simón, 2007). Al incorporarse a las terapias psicológicas actuales permite que las personas acepten sus vivencias sin juzgarlas, lo que significa no eliminar aquellos pensamientos, emociones y sensaciones que están experimentando, sino aprender a relacionarse con ellos de una forma diferente

Idea clave

Las terapias de tercera generación nos proporcionan a los y las psicólogas que nos encuadramos en el modelo cognitivo conductual nuevas herramientas y recursos para afrontar los problemas y dificultades de las personas a las que atendemos, de una forma más acertada, ayudándolas a que mejoren su calidad de vida de una forma práctica y eficaz

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