Julia siempre recomienda sonreír. Dice que si miras a la vida con confianza todo saldrá bien, que es sólo cuestión de desearlo con fuerza e imaginar aquellas cosas que anhelas con tanta fuerza que seguro que consigues que tus sueños se hagan realidad. Se dice cosas como “Puedo con lo que me echen”, “Cada día soy un poco mejor”, “El mundo es una maravilla”.
Ricardo se burla del optimismo. Considera que es una forma ingenua y simplista de enfocar la vida y se enorgullece de enfocar su vida de “forma realista y sin pájaros en la cabeza”. Está convencido de que en el mundo hay una serie de cosas que no van a cambiar nunca y es de tontos pensar lo contrario. “Las cosas son así y punto. Igual que yo soy cabezota y nadie me va a cambiar a estas alturas, eso va en el carácter”.
Ángela mira la vida con ilusión y esperanza. Hay situaciones que no le gustan y no comparte y sabe que muchas de ellas no se van a solucionar ni van a cambiar por sus acciones, pero sí está firmemente convencida de que gran parte de su vida depende de cómo decida ella enfrentarlo cada día. No busca una vida sin obstáculos ni desafíos, porque es consciente de que eso es imposible, pero sabe que aunque los obstáculos puedan hacerle sentir mal peor se siente cuando deja a su cabeza ponerse “alarmista” y “catastrofista”, así que ha decido enfrentar la realidad sin exagerar, ni para bien ni para mal.
Tres formas diferentes de enfocar la vida: optimismo ingenuo, pesimismo paralizante y optimismo inteligente.
No es cuestión de no pensar con ilusión, esperanza y optimismo. Es cuestión de no hacerlo alejándote de la realidad y de no utilizar únicamente como estrategia motivadora frases positivas (y ojo, que no estoy en contra de una buena frase positiva, los que me seguís por las redes sociales veréis que las utilizo con frecuencia, lo que no comparto es quedarnos solo con la frase y no practicar lo que dicen de forma óptima y con el esfuerzo que muchas veces conlleva). Tampoco se trata de quedarte sin buscar soluciones pensando que tus problemas, tus comportamientos, no pueden cambiar, eso también está muy alejado de la realidad. En ambos casos se toman actitudes injustificables, me explico, actitudes que no están basadas en evidencias realistas. ¿En qué te basas para decir que “cada día eres mejor”?, ¿solamente en que has decidió pensar así o realmente estás haciendo cosas cada día para mejorar?. ¿En qué te basas para asegurar que tu estado de ánimo depende únicamente de tu puesto de trabajo o de tu situación vital y qué tú no puedes hacer nada para cambiarlo?, ¿cómo explicas entonces que en ocasiones, ante una misma vivencia, dos personas reaccionen de forma opuesta?.
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