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7 Claves para Calmar tu Mente

17 de septiembre de 2015 Escrito por Ansiedad y Estrés, Depresión, Equilibrio y Bienestar, Mindfulness 0 comentarios en “7 Claves para Calmar tu Mente”

“¡Yo lo que quiero es que mi cabeza pare!, poder dejarla en blanco”. Ésta es una de las peticiones que más nos encontramos en las consultas de psicología. Personas agotadas, física y mentalmente, porque sus cabezas son un hervidero de pensamientos ansiosos y catastróficos.

Regular las emociones, encontrar la serenidad mental y mantener nuestro equilibrio emocional es tan importante como llevar una vida saludable con alimentación sana y la práctica regular de ejercicio físico. Por este motivo, te ofrezco a continuación 7 claves para ayudarte a encontrar la paz mental:

  1. La Pausa de la Autocompasión: esta técnica fue desarrollada por Kristin Neff (profesora asociada del departamento de Psicología de la Educación de la Universidad de Texas) y su objetivo es reducir la ansiedad y generar una sensación de bienestar. Es muy recomendable para esos momentos en los que “te tirarías al cuello” de alguien. Primero debes parar y darte cuenta de lo que estás sintiendo. A continuación ponte una mano en el pecho y haz una respiración profunda. Finalmente repítete mentalmente algunas frases amables y compasivas hacia ti, como por ejemplo “éste es un momento de dolor pero no estoy solo/a”, “todos lo pasamos mal alguna vez”, “merezco darme cariño”, “puedo ser amable conmigo mismo/a”. Con estos sencillos pasos conseguirás cambiar tu estado de ánimo y tranquilizarte. Como ves, no se trata de sentir lástima de ti sino de tratarte a ti mismo/a con una actitud de cuidado y amabilidad

 

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Estrés y Ansiedad…porque no es lo mismo

5 de marzo de 2015 Escrito por Ansiedad y Estrés 0 comentarios en “Estrés y Ansiedad…porque no es lo mismo”

“¡Qué estrés tengo!”, “No aguanto más esta ansiedad”, “Con estos nervios no puedo seguir”… frases que utilizamos de forma habitual en las que no distinguimos entre estar estresados/as y ansiosos/as. Y existen diferencias entre ambos conceptos.

El Estrés aparece porque surgen unas determinadas circunstancias que lo desencadenan (un imprevisto económico al que hay que hacer frente, un problema con el niño en el colegio, una entrega de trabajo con un plazo muy ajustado…). Estas circunstancias piden una respuesta por nuestra parte.

Si consideramos que contamos con los suficientes recursos como para afrontar con éxito la situación y salir victoriosos/as (reorganizo mi economía de forma que puedo hacer frente a ese gasto con el que no contaba, confío en poder solucionar con la profesora de mi hijo el problema y sé que cuento con habilidades asertivas y de negociación, gestiono mi tiempo de forma que controlo las posibles interrupciones para poder cumplir con el plazo de entrega en el trabajo…) estaremos hablando de un Estrés Positivo o Sano, que nos ayuda a adaptarnos al medio.

Si por el contrario sentimos que no contamos con los recursos (internos y externos) necesarios para dar una respuesta adecuada a esas circunstancias, o bien esas circunstancias se alargan demasiado en el tiempo (pago el imprevisto pero no consigo recuperar mi economía, la tutoría con la profesora termina en discusión, entrego a tiempo mi trabajo y en el mismo momento me presionan con una nueva entrega) , aparece el Estrés Negativo, que favorece la aparición de problemas cardiacos y digestivos, alteraciones en el sueño, falta de concentración, síntomas de depresión, etc.

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