(Genial viñeta de Forges)
Lo primero de todo es hacer una breve aclaración. Los términos Estrés y Ansiedad se suelen utilizar como sinónimos pero, aunque en ciertos aspectos se solapen, son dos cosas distintas.
La ansiedad es una emoción. Igual que la alegría, la tristeza o la ira. Es una emoción de las llamadas negativas, puesto que las personas la experimentamos con desagrado. El estrés desencadena diferentes emociones, entre ellas la ansiedad, pero también miedo, ira e incluso alegría (si te llaman para decirte que te han seleccionado para un puesto de trabajo que llevabas mucho tiempo esperando puedes sentir inseguridad, pero también mucha alegría). La ansiedad aparece cuando interpretamos que una situación es amenazante. Mientras que el estrés puede aparecer también en otras situaciones, como por ejemplo cuando perdemos a un ser querido.
Dicho esto conviene aclarar también que el estrés puede ser positivo o negativo. Ambos producen activación fisiológica, cansancio y agotamiento, pero el estrés positivo genera emociones positivas o agradables y el estrés negativo genera emociones negativas o desagradables. Un poco está bien, los problemas comienzan cuando es excesivo o se hace crónico. Por ejemplo, un poquito de estrés aumenta la memoria (ese subidón que experimentamos cuando nos acaban de hacer un encargo y sentimos que estamos inspirados/as), pero un exceso la disminuye totalmente. Vivir con un poco de estrés es necesario, puesto que ayuda a sobrevivir, a adaptarnos a los cambios y a afrontar los retos con los que nos encontramos en nuestra vida diaria. Pensamos que el estrés es malo y buscamos desesperadamente eliminarlo, cuando lo que deberíamos es aprender a controlarlo.
El estrés aparece cuando ante una situación una persona considera que no cuenta con los recursos suficientes como para hacerle frente. A mayor demanda y menos recursos más sobrecarga. Por ejemplo, te hacen responsable de un grupo de trabajo y tienes miedo de no ganarte el respeto del equipo, de no saber organizar adecuadamente las tareas o de no tener tantos conocimientos como deberías sobre los recursos a utilizar.
No todo el mundo reacciona de la misma manera ni a todo el mundo le estresan las mismas situaciones. Muchas personas identifican estrés con falta de tiempo para hacer todo lo que quieren. En este caso no van a saber ver qué otras cosas lo provocan y no lo afrontarán correctamente. Para saber exactamente cuándo hay estrés hay que tener en cuenta las 4 características de una situación que lo provocan, y que han sido definidas desde la Psicología y la Neurología tras años de investigaciones científicas. Eso sí, no tienen que darse las 4 características a la vez, aunque cuantas más se den mayor será la respuesta de estrés:
* Novedad: lo que nos ocurre es una situación nueva
Acabas de enterarte que vas a tener tu primer hijo/a.
* Impredecible: no se ha podido anticipar lo que iba a ocurrir.
Tu familia al completo cena en tu casa esta noche y mientras preparas tu plato estrella en el horno éste «decide» dejar de funcionar.
* Sensación de no control: tenemos la impresión de que la situación se nos escapa, que no podemos dominarla.
Vas a comenzar a impartir una ponencia y te das cuenta que todas las notas te las has olvidado en casa. Sientes que sin ellas vas a olvidar la conferencia y no podrás controlar los nervios.
* Sensación de amenaza a nuestra personalidad: sentimos que lo que nos ocurre amenaza las cualidades que nos definen y diferencian frente a los demás.
Alguien duda sobre tu capacidad para hacer tu trabajo.
El apoyo de otras personas es una de las mejores protecciones frente al estrés. Un dato curioso en relación a esto: se están llevando a cabo investigaciones para saber si hay diferencias entre mujeres y hombres a la hora de afrontar el estrés. Se ha demostrado que los hombres prefieren la compañía de mujeres en situaciones de estrés mientras que las mujeres se benefician al estar con otras mujeres, aunque la ciencia aún no ha sabido dar una explicación.
Pistas
- Para controlar el estrés lo primero es saber reconocerlo (aceptar que ciertas circunstancias lo provocan y saber identificarlas). Escribe en un papel las situaciones que te generan estrés y al lado cómo se manifiesta (sientes un nudo en el estómago, taquicardia, dolor de cabeza, tratas de ignorar o evitar esas situaciones, te bloqueas, reaccionas con ira, etc).
- Con el estrés gastamos parte de la energía que tenemos cada día, por lo que es importante buscar formas de recargar nuestro combustible (físico y mental).
Idea Clave
No hay que tratar de eliminar el estrés, puesto que es algo consustancial a nuestra vida y en niveles moderados es absolutamente normal, lo que hay que hacer es aprender a controlarlo.
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