La depresión es considerada por la Organización Mundial de la Salud como la “epidemia del siglo”. Afecta ya a 350 millones de personas en todo el mundo y es considerada como la principal causa de discapacidad
¿Cómo puedes saber si estás deprimido/a?
Los síntomas de este trastorno psicológico se manifiestan en un triple sistema de respuesta: cognitivo, emocional-fisiológico y comportamental
⇒ A nivel cognitivo (lo que se piensa): la visión que tiene de sí misma y de la vida una persona con depresión es muy negativa y desesperanzada. Le cuesta mucho concentrarse y tomar decisiones. Al compararse con otras personas se da cuenta de que le cuesta hacer las cosas mucho más que a los/as demás, lo que provoca que se sienta inútil y culpable al pensar que se es una carga para el entorno, y que los seres queridos serían más felices sin tener que estar preocupándose por ella. Actividades con las que antes disfrutaba ya no le hacen ilusión ni la motivan, por lo que piensa que para qué va a intentar nada si nada hay que le haga sentirse mejor. Mentalmente es como si se quedara enredada entre mil pensamientos acerca de su situación, de lo mal que se siente y anticipando un futuro trágico y desalentador. Pueden aparecer incluso pensamientos recurrentes sobre la muerte e ideas de suicidio
⇒ A nivel fisiológico/emocional (lo que se siente física y emocionalmente): hay un sentimiento de profunda tristeza prácticamente a diario, con mucha desolación e inapetencia. Los sentimientos de culpabilidad e inutilidad son exagerados y continuos. Puede sentir irritabilidad y ansiedad. A nivel físico puede aparecer tanto insomnio como dormir en exceso, aumento o reducción de apetito y de peso, pérdida del deseo sexual y mucho cansancio
⇒ A nivel comportamental (lo que hace): la apatía y la dificultad para experimentar placer hace que se dejen de realizar actividades con las que antes se disfrutaba y que la persona tienda a alejarse de los/as demás evitando el contacto social. Algunas personas incluso dejan de ir al trabajo o desatienden el resto de responsabilidades, incluso el cuidado personal
¿Por qué estás deprimido/a?
La depresión es el resultado de complejas relaciones recíprocas entre factores sociales (acontecimientos estresantes, apoyo social, sucesos negativos, escaso control sobre el entorno…), biológicos (vulnerabilidad biológica) y psicológicos (vulnerabilidad psicológica, estilos atributivos, creencias distorsionadas, déficit en asertividad, habilidades inadecuadas de afrontamiento del estrés…)
¿Y hay solución?
SÍ. Tanto los tratamientos farmacológicos como las terapias psicológicas han demostrado su eficacia
Respecto a los tratamientos psicológicos, los que han demostrado sobradamente ser efectivos son: la Terapia de Conducta, la Terapia Cognitiva, la Psicoterapia Cognitivo-Conductual y la Psicoterapia Interpersonal. Más recientemente, dentro de las psicoterapias de tercera generación, la Terapia de Aceptación y Compromiso y la Terapia Cognitiva basada en Mindfulness también cuentan con buenos resultados tanto en el tratamiento como en la prevención de recaídas en la depresión
Algunas Recomendaciones si tienes Depresión (que no sustituyen un tratamiento profesional pero pueden ayudarte mientras lo inicias o durante el mismo):
♦ Acepta la ayuda que te ofrecen otras personas. La depresión no es signo de debilidad, pero eso no es razón para no apoyarte en aquellas personas que te aprecian y en las que confías. El entorno más cercano puede ser una ayuda fundamental
♦ Reconoce lo que te ocurre y recuerda que para la depresión hay tratamientos. Quizás llevas mucho tiempo sintiéndote mal, pero no olvides que uno de los síntomas de este trastorno es que te roba la esperanza. No se lo permitas, la ciencia te demuestra con datos objetivos que la recuperación es posible
♦ Los sentimientos de culpa, catastrofismo, inferioridad, rechazo y de que toda ayuda es inútil son parte de la depresión. No te los creas a pies juntillas, ¡es lo que ellos quieren, robarte toda esperanza!
♦ Seguramente no te sientas capaz de trabajar o hacer otras tareas rutinarias. No las dejes. Aunque no las disfrutes. Pero cuanto más inactivo/a estés más fuerza toman tus pensamientos negativos y dolorosos
♦ Aunque no tengas ganas de comer, intenta llevar una alimentación saludable. Si descuidas tu cuerpo aumentarás las dificultades como el cansancio y la falta de atención y concentración
♦ No caigas en la trampa de intentar tranquilizarte u olvidar cómo te sientes con alcohol u otras sustancias tóxicas. Si te producen algún alivio inmediato éste desaparece rápidamente y después las sensaciones desagradables aparecen con más fuerza. No añadas otro problema
♦ Busca la compañía de personas agradables y positivas con las que poder tener diferentes temas de conversación. Sabemos que tu mente es un monotema, que no te deja pensar en otra cosa, pero que ella quiera eso no significa que la tengas que obedecer. Desafíala demostrándote que puedes dedicar más momentos a hablar de otra cosa y a no lamentarte por cómo te encuentras
♦ Tanto si crees que sabes cuál es la causa de tu depresión pero no sabes cómo afrontarla, como si piensas que en realidad no tienes motivos para estar así, expresa cómo te sientes y deja que los/as demás te ayuden a encontrar una solución
♦ La depresión a veces da una tregua y durante pequeños periodos notas cierta mejoría. Aprovéchalos para pasar tiempo con la familia y amigos y para realizar actividades tanto solo/a como en grupo
Pistas
- Lo más importante cuando una persona está deprimida es que reconozca su situación, deje de culparse y de castigarse por encontrarse en esa situación, se agarre a su deseo de recuperarse y mejorar y confíe en la ayuda que tanto su entorno como la psicología le pueden proporcionar
- Si no se trata la depresión puede llegar a hacerse crónica o recurrente y dificultar sensiblemente el desempeño con las obligaciones y responsabilidades cotidianas y la capacidad para afrontar la vida diaria
Idea clave
Cuando se tiene depresión resulta difícil creer que algún día se saldrá de ella. Sin embargo, mucha gente con este trastorno lo supera. Manteniendo la esperanza y recordando que no hay por qué afrontarla en solitario
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