¿Has vivido alguna vez una situación en la que sintieras una ansiedad aguda, con miedo y malestar intensos, acompañada de alguno de los siguientes síntomas?:
- Palpitaciones o elevación de la frecuencia cardíaca
- Sudor
- Temblores o sacudidas
- Sensación de ahogo o falta de aliento
- Sensación de atragantarte
- Opresión o malestar torácico
- Náuseas o molestias abdominales
- Inestabilidad, mareo o sensación de desmayo
- Sensación de entumecimiento u hormigueo
- Percibir las cosas o percibirte a ti mismo/a de forma extraña
- Escalofríos o sofocaciones
- Miedo a perder el control
- Miedo a volverte loco/a
- Miedo a morir
Los síntomas anteriores forman parte de lo que se denomina Crisis de Angustia o Ataque de Pánico. Estas crisis suelen aparecer de repente y quien lo padece lo vive con gran ansiedad y un miedo intenso a que algo horrible le suceda. A veces se confunde con un ataque cardiaco, puesto que lo que ocurre en estos ataques es que hay una malinterpretación de los síntomas físicos y la persona los traduce como señales de que le va a pasar algo espantoso o de que se va a morir.
Cuando los ataques de pánico se reiteran y la persona se encuentra temerosa tanto de que se repitan como de sus consecuencias, y además comienza a cambiar su comportamiento en relación a estas crisis, estamos hablando ya de un Trastorno de Pánico.
En la mente de quien sufre estos ataques comienzan a aparecer ideas angustiosas, tales como:
- “Puedo morir durante una crisis”
- “Tengo algún tipo de enfermedad pero aún no me la han sabido detectar”
- “Si fuera una persona fuerte no me pasaría esto”
- “Mi cuerpo no resiste tanta ansiedad, lo estoy dañando irreparablemente”
- “No puedo estar solo/a, sin la ayuda de los/as demás no puedo seguir con mi vida”
- “Tengo que ocultar lo que me pasa porque los/as demás van a pensar que soy raro/a”
- “No voy a volver a tener una vida normal”
Y a estas ideas les acompañan conductas dirigidas a “protegerse”, como por ejemplo:
- Dejan de acudir a ciertos sitios (hipermercados, aparcamientos subterráneos, ascensores, espacios abiertos, recintos con mucha gente…) o sólo lo hacen si van acompañadas de alguien en quien confíen para que les ayude en caso de que les pase algo
- Evitan determinadas actividades (tomar café, hacer deporte, montar en tren, tener relaciones sexuales…) porque de repente se han vuelto peligrosas, ya que en una ocasión tuvieron un ataque mientras la realizaban y dan por hecho que si la repiten volverán de nuevo las sensaciones que les espantan, o porque temen que les ocurra
- Despliegan una serie de comportamientos dirigidos a intentar que no aparezcan los síntomas o a reducirlos en caso de que no consigan evitarlos (ir acompañadas de una persona de confianza, colocarse cerca de la puerta de salida, llevar siempre a mano el móvil, tomar medicación o llevarla encima “por si acaso”…)
Diferentes estudios han comprobado que, sin un tratamiento adecuado y eficaz, el trastorno de pánico puede hacerse crónico, y la persona vivirá una ansiedad constante y momentos de mejoría junto con momentos en los que los síntomas se agravan
La intervención que desde la psicológica cognitivo-conductual se lleva a cabo en el Trastorno de Pánico es la siguiente:
- Explicar a la persona en qué consiste la reacción de alarma que experimenta el organismo ante una crisis de pánico
- Analizar las circunstancias concretas que han llevado a desencadenar el problema de pánico
- Ayudar a la persona a identificar y modificar aquellos pensamientos asociados a su ansiedad y miedo
- Eliminar la tendencia a estar constantemente hipervigilando cualquier síntoma físico que note
- Llevar a cabo un entrenamiento en técnicas de relajación como antídoto ante los síntomas de ansiedad
- Aprender a relajar la tensión muscular como forma de reducir la ansiedad
- Comprender el papel que ciertas imágenes mentales tienen en el origen de la ansiedad y aprender a “desactivarlas”
- Realizar ejercicios para aprender a controlar las emociones y sensaciones físicas temidas
- Enfrentar, de forma gradual y controlada, las situaciones y actividades que se han estado evitando
- Realizan tareas entre sesiones, de forma que se afiance lo trabajado durante la terapia
Pistas
- La terapia psicológica cognitiva-conductual está avalada por numerosas pruebas empíricas
- La persona tiene un papel muy activo y es protagonista de su recuperación
Idea clave
El trastorno de pánico es un problema muy común que puede llegar a cronificarse, y que sin embargo tiene muy buen pronóstico al aplicar la terapia adecuada.
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