Porque la intención sin acción no sirve de nada, y los buenos propósitos están muy bien pero tenemos que reconocer que muchas veces no duran más allá del énfasis del comienzo del año, y en muy poco tiempo se van desinflando.
En estos días solemos hacer balance de los últimos 12 meses y quizás no salimos tan bien parados/as como nos gustaría. Al final no me apunté a inglés, el en gimnasio duré dos meses, la habitación sigue sin pintarse… ¿Dónde se quedaron nuestras buenas intenciones y esos propósitos que nos prometíamos tan felices mientras procurábamos no atragantarnos con las uvas?. ¿Nos juega la ilusión una mala pasada?. ¿Debemos abandonar toda esperanza de terminar algún año con la agradable sensación de haber conseguido nuestras metas?. ¡¡¡Para nada!!!. Pero si queremos que nuestros objetivos pasen de ser sólo deseos a hacerse realidad es indispensable que nos planifiquemos bien y que concretemos nuestros sueños de forma que nos sea más fácil alcanzarlos.
A continuación, las claves para definir nuestros objetivos de la forma más eficaz posible y facilitar que nuestros deseos y metas se cumplan. ¡Venga, que tenemos 12 largos meses por delante!