Todas las personas tenemos en algún momento Pensamientos que se pueden considerar Intrusos o Inapropiados. Pueden tomar la forma de ideas, imágenes mentales o impulsos a actuar. Suelen vivirse como desagradables por su contenido violento u obsceno, o simplemente porque son percibidos como carentes de sentido
Algunos ejemplos:
- Un chico esperando el metro y de repente imagina que se lanza a las vías
- Una madre asustada porque cree que no va a poder resistir el impulso de hacer daño a su hijo al que quiere con locura
- Un hombre que teme que no poder evitar levantarse y proferir insultos y blasfemias en un lugar público (en un funeral, en una iglesia…)
- Una mujer que se imagina teniendo relaciones sexuales que le resultan repulsivas
Según cómo reaccione la persona ante estos pensamientos va a favorecer que se conviertan o no en un problema
Imagina que una persona va conduciendo por la carretera. Lleva ya un rato en el coche y la conducción es bastante monótona. De repente un pensamiento aparece en su mente y se imagina a sí misma sintiendo un impulso repentino que le lleva a dar un brusco volantazo y meterse en el carril contrario causando un accidente. ¿Cómo puede reaccionar?:
a) No le da mayor importancia al pensamiento y lo aparta (“¡Cuidado las cosas que se me ocurren!. Tenía que haberme dedicado a escribir, menuda imaginación tengo”)
b) Se pone en alerta, siente miedo pensando que en es algo que realmente puede llegar a hacer (“Con la de veces que salen estas cosas en las noticias, si hay gente que lo hace yo puedo ser una de ellas”), se juzga a sí misma diciendo que es terrible e inmoral el mero hecho de imaginarse haciendo algo como eso, que ella no es así y se pregunta “¿Cómo he sido capaz de pensarlo?”
Si se responde con algo parecido a la opción a) (“Porque estoy aburrida por eso lo pienso, menuda tontería”) no habría mayor problema. Pero si su respuesta es algo como “Porque voy a hacerlo”, “Si lo pienso es porque en el fondo es lo que deseo” o “Porque en realidad soy una mala persona y voy a poner en peligro la vida de los demás”, entonces se sentirá aterrada por su propia respuesta y su ansiedad se disparará
Y cuando sentimos que algo nos amenaza lo que solemos intentar hacer es intentar eliminarlo (“No quiero pensar en esto nunca más”), evitar aquellas situaciones en las que pensamos que va a aparecer la amenaza (“No volveré a coger el coche sola, porque soy un peligro”) o buscar seguridad en otra persona pidiéndoles que nos confirme que lo que se nos está pasando por la cabeza no va a ocurrir ni somos capaces de llevarlo a cabo
Estas respuestas generan un alivio a corto plazo, pero en realidad son una forma de darle más importancia (y poder) al pensamiento, lo que hace es hacerlo más fuerte y favorecer que se repita en un futuro, con mayor intensidad y con mayor frecuencia. Y como ese pensamiento aterrador a partir de ese momento comienza a aparecer con más frecuencia la persona lo interpreta como una señal que confirma sus peores temores (“Si no dejo de pensar esto es porque realmente soy capaz de hacerlo”), lo que no hace sino cerrar el círculo de ansiedad y evitación
Los pensamientos intrusos suelen presentarse de forma obsesiva en el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y en una variante del mismo que se conoce como trastorno obsesivo-compulsivo con predominio de pensamientos o rumiaciones obsesivos, también conocido como Trastorno obsesivo puro, Fobia de Impulsión o Rumiación. También pueden aparecer en el Trastorno de Ansiedad Generalizada y en Trastornos Depresivos
El Tratamiento que ha resultado más eficaz es el que se realiza a través de Terapia Psicológica Cognitivo Conductual, en la que se enseña a la persona a:
- Comprender que los pensamientos intrusivos son inofensivos. Y a aceptarlos sin intentar evitarlos
- Entender que no suponen ningún peligro real, por lo que se le enseña a dejar de hacer interpretaciones catastróficas
- Manejar sus pensamientos intrusivos y a reducir la angustia y la ansiedad
- En el caso de que la persona tenga comportamientos dirigidos a evitar los supuestos peligros (puesto que no son peligros reales), se le enseña a dejar de tener estas conductas, que sólo la mantienen en una espiral de miedo y ansiedad, y a comprobar por sí misma que no ocurre nada de lo que teme
Actualmente se están llevando a cabo investigaciones sobre la eficacia de las Terapias Psicológicas de Tercera Generación en el abordaje de los pensamientos intrusos, con resultados muy prometedores para las técnicas de Aceptación y Mindfulness de cara al manejo de los pensamientos y la respuesta emocional asociada a éstos
Pistas
- Tratar de liberarse de pensamientos desagradables que aparecen de forma repetida puede generar mucha angustia (sobre todo porque parece que cuanto más intentos se hacen por eliminarlos con más fuerza reaparecen) y es un motivo de consulta psicológica relativamente frecuente
- Si a los pensamientos intrusivos que aparecen en la mente se les da demasiada importancia o se hace una interpretación catastrófica del hecho de tener dicho pensamiento, pueden convertirse en reiterativos, persistentes y obsesivos, generando mucha ansiedad
- Los problemas obsesivos suelen tener buen pronóstico con un tratamiento psicológico
Idea clave
La psicología cognitivo conductual ofrece diferentes estrategias para hacer frente de forma eficaz a los pensamientos intrusivos
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