Situaciones Estresantes

Cuando nos encontramos ante una situación en la que sentimos que no somos capaces de responder de forma efectiva a todo lo que nos exige porque nos faltan recursos (“me falta tiempo”, “no tengo el material adecuado”, “no sé qué es lo que tengo que hacer”…), aparece la Respuesta de Estrés

Aunque también hay otros factores que influyen. Los Elementos que Determinan que Aparezca esta Reacción de Estrés son:

⇒ Las demandas de la situación (lo que normalmente llamamos estresores)

⇒ La forma en que cada uno percibe esa situación

⇒ Las habilidades que posee cada persona, así como sus recursos y formas de comportarse ante la situación

Los puntos segundo y tercero son los que explican por qué no todos reaccionamos igual ante las mismas situaciones (tengo dos amigas que aprobaron una oposición para el Estado. El día que se incorporaban a su nuevo puesto, una no sentía para nada estresada y sin embargo la otra se pasó toda la mañana con la barriga descompuesta)

Hoy nos vamos a centrar en el primer punto. Las CARACTERÍSTICAS que hacen que una SITUACIÓN sea ESTRESANTE son (Crespo y Labrador, 2010):

♦  Que sea una situación NOVEDOSA o que suponga un CAMBIO. No hace falta un cambio radical, que te sustituyan el programa informático de siempre por un nuevo es suficiente para generar en ti una respuesta de estrés si consideras que supone una “amenaza”, pues, aunque a la larga te permitirá hacer tu trabajo de forma más rápida, de momento lo va a ralentizar hasta que le pilles el tranquillo

♦  Que resulte DIFÍCIL ANTICIPAR Qué Va a Pasar. Poder predecir lo que puede ocurrir, aunque lo que se nos venga encima sea negativo, produce una menor respuesta de estrés ya que nos permite anticiparnos y prepararnos. Si de repente te viene un gasto no esperado en casa y te van a pasar el cobro el mes que viene, aunque te resulte estresante porque no ha surgido en un momento desahogado, al menos te permite reorganizar tus finanzas domésticas para poder amortizar en la medida de los posible las consecuencias

♦  Que genere INCERTIDUMBRE acerca de lo que puede ocurrir. Una situación bien conocida para quien se presenta a un examen que, puede ser que apruebe o que suspenda. A mayor incertidumbre, mayor estrés

♦  Que sea AMBIGUA. Si te falta información acerca de cuánto tiempo va a durar esa situación, qué intensidad va a tener, si se va a repetir… vas a sentir mayor estrés porque te va a resultar más difícil responder de forma eficaz. Por ejemplo, si te encuentras esperando unos resultados médicos, de los cuales dependa un tipo de tratamiento u otro

♦  Que la situación SOBREPASE tus RECURSOS. No hay situación tan estresante como aquella que te desborda porque no te permite dar una respuesta eficaz. Podemos resumir esta característica con el conocido “No tengo tiempo” para terminar el trabajo en fecha, revisar las facturas, recoger a mi niño a su hora, tener la casa medio decente y sin eco en la nevera…

♦  Qué sea una situación en la que NO SEPAS QUÉ HACER. Esto puede ser porque no sabes cómo tienes que proceder o porque sabes qué hacer pero no cómo ponerte a ello. También puede ocurrir que no se pueda hacer nada. Imagina que empiezas en un trabajo nuevo en el que durante la entrevista te hicieron hincapié en la importancia de que fueras independiente, pues has entrado para reforzar a un equipo que está sobrecargado y tienes que tener claras tus funciones. Resulta que cuando te incorporas, tienes claras dichas funciones pero te das cuenta de que no sabes cuáles son prioritarias y cuáles urgentes para el equipo y no quieres preguntar más de la cuenta porque sabes que eso es justo lo que te pidieron que no hicieras (ay ay ay!)

Pistas

• Cuando hablamos de situaciones estresantes, en lo primero en que pensamos es en acontecimientos negativos (un posible despido, una comida con el “encantador” de tu cuñado, que te den un golpe en el coche…) pero conviene tener presente que los acontecimientos positivos también pueden estresar, ¡y mucho! (preparar una boda, mudarse a una casa más bonita y más grande, la mañana en que sales de vacaciones, el nacimiento de un hijo…)

• Mucho cuidado si una situación cumple con una o varias de las características que la definen como estresante y además ¡se mantiene en el tiempo!. Este tipo de situaciones en las que la tensión es duradera son las que generan el estrés más importante, pues conllevan un mayor desgaste de los recursos que el organismo pone en marcha para hacer frente a la respuesta de estrés

• No siempre es posible eliminar estas situaciones estresantes, por eso la intervención psicológica va a trabajar por conseguir cambios parciales del medio en el que se encuentra la persona, y sobre todo, se va a enfocar en el la forma de afrontar la persona antes los estresores, más que en las situaciones estresantes en sí (por ejemplo, si no es posible que la persona abandone ciertas actividades para tener más tiempo, sí es posible ayudarla a gestionarlo mejor, reducir la impaciencia y la precipitación, enseñarle técnicas de resolución de problemas, administrar de forma adecuada el descanso y el ocio, etc)

Idea clave

Aunque la percepción que la persona hace de una situación es lo que más va a influir en la aparición de la respuesta de estrés, ciertas características convierten en muy estresantes a situaciones puntuales o cotidianas

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