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El Enfado es Sólo Mío

10 de diciembre de 2014 Escrito por Competencia Social, Inteligencia Emocional 0 comentarios en “El Enfado es Sólo Mío”

Durante el día podemos encontrarnos con multitud de situaciones con otras personas que logren ponernos de malhumor. Mi pareja es una pasota, mi jefa una grosera, mi vecino un maleducado, mi amiga una desconsiderada, mi compañero de inglés un aprovechado…

Podemos ofendernos por sus comportamientos, amargarnos con la idea de lo mala que es la gente, lamentar lo injusto de su trato hacia nosotros/as y reservar un huequecito en el corazón para el rencor y la venganza. O podemos no hacerlo y decidir no enfadarnos ante la actitud y la conducta de los demás. Porque el enfado se elige, y no es cierto aquello que te dices de que “No puedo evitarlo. ¡Cada vez que veo que alguien hace eso me enciendo!”.

 

En el fondo de tu mosqueo se encuentra la forma en que percibes lo que los demás dicen y hacen:

  • Si lo haces teniendo en cuenta únicamente tu filtro personal, es decir, valoras sus comportamientos según lo parecido o diferente que sería de tu forma de actuar,
  • O si por el contrario tienes en cuenta que cada persona se comporta según SU (y no TU) forma de pensar, de sentir y de opinar y que no pasa nada por ello.

 

Cuando dramatizamos llevamos a un extremo nuestras relaciones con los demás, y si una persona no se comporta según nuestro “código de conducta” podemos vivir esa ofensa como un ataque personal, darle vueltas y vueltas alimentando la irritación y la indignación, abrir la caja de los truenos y empezar a enumerar un sinfín de ofensas pasadas, sentirnos víctimas de un trato injusto y apenarnos por la poca consideración en que nos tienen, perjudicando así nuestra autoestima, disparar nuestra ansiedad y que incluso nuestro sueño y descanso se vean afectados, e incluso decidir que “esto no va a quedar así” y pasar al contra ataque.

 

¿Cómo evitar entrar en esta dinámica de malestar, enfados y decepciones?

♦ Acepta que las personas y el mundo son como son No Como Tú Quieres Que Sean. El derecho a tener opiniones propias es igual de válido para ti como para quien tienes enfrente. Quizás no es justo pero es lo que hay, y no aceptarlo sólo te va a suponer momentos de ansiedad y un eterno “cabreo con la vida”.

 

♦ Acostúmbrate a utilizar la Empatía en tus relaciones con los demás (y sí, por supuesto que lo suyo es que la otra persona se meta también en tu pellejo, pero si quieres vivir con más equilibrio céntrate en aquello que dependa exclusivamente de ti).Ahórrate una úlcera y piensa que tu forma de entender la vida no es la única correcta ni justa ni adecuada. Cada persona interpreta la realidad según sus creencias, sus valores y sus experiencias personales, ¿y quién ha dicho que las tuyas sean mejores que las de los demás, o viceversa?.

 

♦ Relativiza lo que te dicen/hacen. De verdad, algunas cosas no son para tanto ni merecen reacciones tan desproporcionadas por tu parte. Intenta tomártelo con un poquito más de humor.

 

♦ Deja de pensar que la gente se comporta así Para Molestarte o Hacerte Daño. La mayoría seguro que tienen cosas más importantes en las que ocupar su tiempo. ¿Es posible que sean las preocupaciones personales de tu vecino (de las que tú no tienes ni por qué saber que existen) las que han provocado que esté tan irascible y que a eso se deba la forma tan brusca en la que te ha contestado?, ¿cabe la mínima posibilidad de que sea eso y no que el comentario haya sido a propósito para dejarte mal delante de los demás?. Si eres de los que hacen suyo lo de “piensa mal y acertarás”, créeme, estás tomando un atajo estupendo para amargarte la vida.

 

Pistas

  • Cuando algo de otra persona te moleste para un segundo y observa qué te estás diciendo. Nuestro discurso interno es el que lleva las riendas de nuestras emociones. Cuando te enfadas es como si tuvieras la peor versión de Pepito Grillo jaleándote y potenciando tu mal humor. Puedes controlarlo y escoger cómo te hablas en cada situación, elige frases más amables y tranquilizadoras y decide no enfadarte.
  • No hagas una montaña de un grano de arena por intentar demostrar que las cosas deben ser como tú crees que son correctas. Esto te lleva directamente a una batalla entre tú y cualquier otra persona que opine diferente a ti. Sólo vas a conseguir llenar tu vida de conflictos y peleas que pasarán factura a tu equilibrio emocional.

 

Idea clave

Reconocer y aceptar que no estás en posesión de la Verdad, que todo lo que vivimos no deja de ser una interpretación personal y que los demás tienen derecho a ser como son te da libertad para decirle adiós a tu enfado, tu envidia, tu irritación y tu rencor.

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0 comentarios en “El Enfado es Sólo Mío”

zipiola dice:

Me ha encantado. Tienes toda la razón y hay que ponerse en marcha para corregir este mal humor que tenemos a menudo. Gracias!

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