Críticas psicoemocionate

Por Qué las Críticas NO Funcionan

9 de noviembre de 2016 Escrito por Desarrollo Personal 2 comentarios en “Por Qué las Críticas NO Funcionan”

Hacer una crítica puede ser una herramienta excelente para mejorar las relaciones. Siempre que se tenga en cuenta que esta herramienta es delicada y requiere sensibilidad, tacto y amabilidad. Por desgracia, lo que suele ocurrir es que las utilizamos como armas arrojadizas, envolviéndolas en grosería, agresividad y embestidas. Y es que no hay nada como una mala crítica para despertar nuestro lado más salvaje

 

Porque cuando se usa una crítica sin buscar una mejoría o solución, sino como desahogo, con furia, sin pararse a pensar si puede herir al otro, es como si nos dieran pintura para alegrar el aspecto del muro de un solar de una zona residencial y la utilizáramoss para arrojarla sobre los cristales de las casas vecinas. Enriquecer versus vandalismo, vamos. Y sí, estrellar críticas destructivas sobre los demás me parece un acto de vandalismo interpersonal

 

El principal error que encuentro al utilizar las críticas es cuando se centran en “pillar” a la otra persona en errores y contradicciones en lugar de enfocarse en ofrecer una posibilidad para cambiar y mejorar

 

15 MOTIVOS POR LOS QUE LAS CRÍTICAS NO FUNCIONAN:

 

Pretenden que la otra persona haga lo que queremos, sin contemplar que también tiene derecho a elegir actuar, pensar y sentir de forma diferente a como nos gustaría

Se nos olvida que no sólo nosotros/as tenemos derecho a hacer una crítica. La otra persona también tiene derecho a decidir si la acepta o no

 

Se convierten en reproches

Con una crítica cargada de resentimiento y convertida en regañina lo que conseguimos es ofender, pero ni ayudamos a mejorar la relación ni solucionamos nada

 

Se repiten, se repiten, se repiten

Sé (o al menos así lo creo) que tengo razón y así se lo hago saber. Pero como no obtengo la respuesta que esperaba insisto… e insisto e insisto, como si por repetirlo más aumentaran las probabilidades de que la otra persona cambie

 

Se expresan a través de la ironía o de indirectas

Para algunas personas resulta extraordinariamente desagradable e incómodo expresar lo que les molesta. Y recurren a poner caras, bufar o tiran de ironía. Con estas estrategias raramente consiguen lo que pretenden y sí que suelen despertar el enfado de los/as demás

 

Se centran en la forma de ser

¿Quién no ha recurrido al “eres un..”?. Pues no sé tú pero yo no conozco muchos casos en los que ponerle una etiqueta a otra persona sea bien recibido. Cada vez que tú utilizas el “¡eres un egoísta!” la otra persona empieza a recordar cada momento en que considera que se ha comportado de forma generosa contigo, así que difícilmente te va a dar la razón

 

Generalizan

Es cuando la crítica se hace de forma abstracta y no concreta. “Siempre haces lo mismo”; “Contigo nunca se puede contar”; “No eres nada atenta”…

 

Son la antesala de sacar la lista de agravios pasados

Esa crítica que es la excusa perfecta para empezar a recordar todas las ofensas recibidas y todos los errores que la otra persona ha cometido

 

Se expresan dando por hecho que a la otra persona le va a dar igual

Quien critica hace de adivino/a y está convencido/a de que la reacción de la otra persona es porque no tiene interés en cómo se siente, en sus necesidades e intereses

 

Se da por hecho que la otra persona se está comportando de ese modo para fastidiar

De nuevo se hace de adivino/a aunque esta vez es dando por hecho que el comportamiento ajeno es buscando nuestro perjuicio y malestar. “Lo hace a mala idea, porque sabe que me hace daño”

 

Se pierden las formas

A veces el contenido es cierto pero viene envuelto de tanta agresividad y faltas de respeto que el hecho de que sea auténtico o no deja de tener importancia

 

Se utilizan frases acusadoras “Tú…”

Cualquier buen ataque comienza con un buen “Tú…”. Y aquí comienza el partido de tenis del “Y tú más”

 

Se ignora que las críticas suelen generar un impacto emocional en la otra persona y ni se tiene en cuenta ni se le facilita que pueda aceptar la crítica sin sentirse herida

De primeras, a nadie le gusta recibir una crítica (otra cosa es que se sepan recibir de forma adecuada). Si contamos con esto podemos ayudar a nos escuchen atendiendo y cuidando el momento en el que vamos a hablar, nuestras palabras y lenguaje no verbal, el estado de ánimo nuestro y de la otra persona, etc

 

Se critica sin tratar de entender el punto de vista de la otra persona

Empatizar no significa dar la razón a la otra persona, pero sí tratar de entender por qué piensa, siente y actúa como lo hace. Hablando en plata, hacer lo que pedimos (“No te pones en mi lugar”, “Si te molestaras en entenderte te darías cuenta de cómo estoy”…)

 

Se magnifica y exagera el fallo que se ha cometido

Catastrofismo en estado puro. Que sí, que se ha equivocado. ¿Pero es realmente necesario y eficaz dramatizar?

 

No se sugiere a la otra persona cómo puede mejorar ni se le ofrece un comportamiento alternativo

Algo fundamental y que nos saltamos a piola. Si nos molesta un comportamiento lo ideal es que, además de decirlo, hagamos una sugerencia de cómo nos gustaría que la otra persona actuara en adelante (nota: la palabra sugerencia es clave en la frase)

 

 

Hacer Críticas Psicoemocionate

 

 

Cualquier persona puede aprender a hacer críticas (¡y a recibirlas!) sin herir y sin provocar discusiones o peleas. En una próxima entrada trataré sobre la habilidad para hacer críticas adecuadas incluso en esas situaciones que te hacen ¡subirte por las paredes!

 

Pistas

  • Si has leído la “lista de motivos por los que las críticas no funcionan” sintiendo que así es como fulanito/menganita se está comportando contigo significa que te has colocado en el papel de agraviado/a. Te animo a que vuelvas a leer ahora esa lista posicionándote en el papel contrario, es decir, cuando eres tú quien critica de esa forma

 

  • Cuando entramos en el círculo vicioso de críticas destructivas y reproches es habitual que esperemos a que sea la otra persona la que dé el primer paso para intentar arreglarlo. ¡Error!. Asume tu grado de responsabilidad, céntrate en tu parte y esfuérzate por mejorar lo que depende de tí

 

Idea clave

Las críticas lanzadas como un ataque para mostrar nuestro resentimiento y frustración, y que ponen “de vuelta y media”, sólo consiguen deteriorar las relaciones. El objetivo de una crítica constructiva debe ser ofrecer a la otra persona la oportunidad de cambiar un comportamiento y mejorar

 


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2 comentarios en “Por Qué las Críticas NO Funcionan”

Carmen dice:

Me ha encantado. Clarificador, pero muy difícil de llevar a la práctica cuando se ha convertido en una conducta viciada.
Paciencia, constancia y… ayuda.

Marta Cañeque dice:

Cambiar un hábito no suele ser tarea fácil. Pero comentas tres elementos fundamentales: paciencia (para no tirar la toalla cuando no nos salga a la primera), constancia (es necesario repetir las nuevas conductas para que se interioricen) y ayuda.

Respecto a este último, la psicología tiene muchas herramientas para que el cambio sea más sencillo y efectivo. Próximamente publicaré una entrada con pautas para ayudar a realizar críticas sin herir y aumentando nuestras probabilidades de conseguir un cambio de comportamiento por parte de la otra persona 😉

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